miércoles, 15 de noviembre de 2006

MUSEO TUMBAS REALES DE LAMBAYEQUE


BIENVENIDA
En abril de 1987, un pequeño equipo de arqueólogos peruanos asumieron la responsabilidad de salvar e investigar el santuario arqueológico de Sipán, frente a su violento saqueo y destrucción, un destino trágico que amenaza y afecta permanentemente el patrimonio cultural del Perú. La intervención se inició bajo las difíciles circunstancias de una intervención policial y con escasos recursos brindados por instituciones y empresas identificadas con la cultura. Pocos meses después, el exhaustivo trabajo de campo permitía la recuperación científica de la llamada Tumba del Señor de Sipán, el primer contexto funerario intacto de un gobernante del Antiguo Perú que mostraba al mundo de hoy toda la magnificencia y una invalorable información sobre el nivel de desarrollo, organización y pensamiento religioso de los Moche o Mochicas, una de las más importantes culturas pre incas.Tras el impacto y entusiasmo del descubrimiento venía la responsabilidad de preservar este importante tesoro cultural del Perú para las futuras generaciones, así como presentarlo digna y adecuadamente al mundo.El primer paso que significó desarrollar óptimas técnicas de registro y recuperación en el campo, fue resuelto por nuestro equipo. La segunda tarea nos obligó a solicitar el apoyo de la comunidad internacional.El apoyo de Alemania y España permitió salvar la urgencia de estos trabajos e instalar un laboratorio en nuestro país.Evidentemente que la más difícil de todas las responsabilidades frente a la magnitud del descubrimiento arqueológico constituía su conservación y presentación definitiva en un ambiente digno que reúna las mejores condiciones técnicas y calidades museográficas, finalmente adoptamos el reto de un gran edificio que combine una arquitectura original y de personalidad peruana con una museografía que exponga con todas las seguridades y didácticamente una de las páginas más importantes de la historia del Antiguo Perú, necesaria para sustentar la identidad de los peruanos de hoy, promover nuestra herencia cultural y convertirse en un centro de interés cultural y turístico que impulse el desarrollo de la región. Este museo debería constituirse así en un Museo-Mausoleo y santuario de nuestra cultura.El Museo está terminado y, a nombre de todos nosotros, sólo nos cabe la inmensa satisfacción del deber cumplido frente al país y la memoria de nuestros antepasados.

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